El oso

No he comido en meses. Estoy sobreviviendo de mis reservas. Estoy hambriento y exhausto.

No veo series pero el oso me reconforta sobre lo que busco. Me da aliento y cobijo para continuar 

El paso

Se sentía como una historia que estaría escribiendo con calma. He dado el primer paso, y como olvidé que sería, tiemblo, me detengo, recálculo, dudo, quiero volver. Me repito constantemente: detente, respira, descansa y continúa. Creo que serán las palabras que deberé repetir de ahora en adelante. Me había vuelto timorato, y estoy sacudiendo toda la ceniza que el volcán vacío sobre mí. No me arrepiento, solo que los huesos duelen después de tanto permanecer inmóvil.

A qué sabe?

Sabe a la perdida que deja en nuestro ser un trago delicioso que hace que deseemos experimentarlo todos los días. Quieres volver a ese primer contacto. Cómo sabe? Varias partes lo experimentan: tu boca es inexperta, tú cuerpo es ajeno a lo que sentirá, y finalmente tu mente, que recogera, todas las experiencias mentales, visuales, sonoras y gustativas para crear un momento que sellará la existencia de ese momento. Que experimentas: inciertos, deconstrucción, goce, éxtasis y un último momento de reflexión. Tal vez no en ese orden.

Siempre se quiere revivir la experiencia. Pero es una trampa, pues es imposible retornar. La lengua, la boca y tu experiencia han sido selladas. El retorno es siempre una mala decisión, y casi un instinto. Jamás sabrá igual.

El valor de la verdad

 Me mimetizo en el entorno, eso me hace funcional.

La carcasa que ves es solo una fachada, en donde suelo nadar todos la poseen, y a decir verdad ese lugar es aburrido.

Haz caminado sobre vidrios?, yo tampoco.

Un autobus de regreso

Hace poco mas de doce años comencé con este ideario. Nació con la idea de dejar registro de los eventos que han marcado. Fue tomando varios caminos y a pesar que al principio surgió como una idea de retratar algo, ha transicionado por varias facetas, desde las mas hermosas hasta las mas hostiles. Como un bello recuerdo que recoge lo que se desea atesorar, en este se hallan fragmentos no del todo bellos, pero si cargados de una realidad.

 Hoy después de muchos años visite ese espacio que hizo que surgieran estos espacios, regrese al instituto donde pase muchas horas, muchas risas, algunas lagrimas, grandes logros, hice grandes amigos, aprendí mas allá de lo que imagine y que ahora luce  como un gran salón lujoso, hermoso y lleno de recuerdos, pero vació, pues la gente que alguna vez convergió ya no está más. Así se siente el atesorar, y no soy del tipo que desea atesorar. Hay tan poco tiempo como para cuidar cosas huecas. La vida se transforma constantemente. Tan solo pesar en este suspiro de 12 años me muestra que voltear atrás es bueno, solo como un espacio para encontrar un respiro, pero se debe continuar, siempre se debe continuar disfrutando hasta el último aliento lo que nos ha tocado vivir.

El existir

Parece recursivp y tal vez así sea. Se ve como una pintura que retrata nuestra noche llena de todo. Magia, ruido olores, sabores, colores, sonidos. Suena como casa, un lugar ajeno que se siente como casa. Veneramos la comida como un sitio al que siempre se desea regresar pues no retorna a casa. Todo parece tan natural que cuando se está lejos no luce tan cercano. Te amare mi amado terruño, que aunque seas crudo, violento, ajeno, colorido, amado, soñado y vivido. Me haces recordar que la vida es así cruda, violenta, inconsistente, y llena de contradicciones

La revelación

Esta noche me he dado un atracón, de esos buenos. Como resultado he tenido un mal sueño, una revelación. Fue más como una pintura, descomponiendose mientras la veía una y otra vez. Una fachada construida para dar certeza al instinto.

Me vi consumido por un vacío macabro, insalubre. La realidad que vi ahí me pertenece. Hoy vi muchas caras, todas familiares, todas alimentando un deseo propio, una realidad acuñada a su centro, se leen gratas, se leen hermosas, todas dando forma, todas consumiendo, todas perpetuando su instinto impuro.

Hoy me vi consumido por una naturaleza ajena. Hoy me vi consumido por el arrastre, por las cosas que me han alimentado. Mi cuerpo como elemento primigenio es otro, es producto de lo que he vaciado en el sin cuestionamiento. Soy otro, soy producto de una necesidad, del vacío, de un alimento petrificado.

No se nos ha dado tiempo, se nos entrena con algo que yace alimentando su vaciedad permanente, perenne. Había más sentido en un pasado incierto. La paradoja es que todo la fachada luce intacta, prístina, mágica, idílica. Pero al abrir la puerta solo veras soledad, esterilidad un gran banquete que jamás te saciará.